ANALFABETISMO EN CORRETAJE INMOBILIARIO, UNA AMENAZA LATENTE EN EL MERCADO!

Por: FERNANDO GIRALDO NARANJO (Marketer & Estratega Real Estate)

OPEN HOUSE COLOMBIA.

Apreciados lectores,           

            La ausencia de regulación, licenciamiento y formación especializada entre los corredores inmobiliarios en Colombia, configura un escenario crítico para el desarrollo profesional del sector. Esta carencia no solo desacredita la figura del agente, sino que expone a los compradores, inversionistas y promotores a riesgos legales, financieros y comerciales que comprometen la integridad del mercado.

             En el mercado inmobiliario colombiano, el ejercicio del corretaje se ha convertido en una actividad de libre acceso, un escampadero sin requisitos académicos, certificación profesional ni licencias obligatorias. Esta informalidad estructural ha derivado en un analfabetismo técnico alarmante entre una parte considerable de quienes ejercen la intermediación inmobiliaria. A diferencia de países con normativas avanzadas —como Estados Unidos, España o México— donde los agentes deben demostrar dominio en legislación urbana, contratos, marketing inmobiliario y ética profesional, en Colombia cualquiera puede autodenominarse «asesor inmobiliario» sin la más mínima preparación, fatal!

             Esta falta de profesionalización impacta de forma directa en la experiencia – cliente y en la salud del ecosistema inmobiliario. El desconocimiento profundo de variables críticas como la normatividad del uso del suelo, la estructuración jurídica de los títulos, los modelos de financiación, los procesos fiduciarios o la correcta valoración del activo, convierte al agente inexperto en un riesgo operativo y reputacional para el desarrollador, el inversionista y el comprador final.

El corretaje inmobiliario moderno no es una labor empírica ni transaccional; es una actividad de alta especialización y rendimiento, que exige capacidades analíticas, dominio de data comercial, interpretación normativa y una comprensión profunda del comportamiento del mercado.

             No se trata de mostrar propiedades, sino de gestionar activos inmobiliarios con criterio estratégico, identificando oportunidades reales, mitigando riesgos legales y maximizando valor para las partes involucradas.

            Sumado a lo anterior, la inexistencia de colegiaturas profesionales obligatorias o de una entidad reguladora con capacidad sancionatoria, perpetúa el ciclo de improvisación. Esta situación, facilita la proliferación de actores sin competencias mínimas, que incurren en errores graves como el mal diligenciamiento de promesas de compraventa, la omisión de cargas legales sobre predios o la promoción de productos sin respaldo financiero, lo cual puede desencadenar litigios, pérdidas patrimoniales o fraudes inmobiliarios.

Síntesis:

             Colombia requiere con urgencia un sistema nacional obligatorio de licenciamiento para corredores inmobiliarios, respaldado por instituciones técnicas, programas de formación avalados y un marco ético vinculante. La instauración de colegios profesionales con funciones de certificación, vigilancia y actualización permanente es una necesidad impostergable. No se puede seguir permitiendo que el mercado opere bajo la lógica de la improvisación. El real estate es una industria de activos de alto valor y alta responsabilidad, y como tal, debe ser gestionada por agentes formados, regulados y plenamente conscientes de las implicaciones legales, financieras y reputacionales que su ejercicio conlleva.

             A esto se suma una dimensión no menos relevante: la falta absoluta de profesionalismo en la imagen y proyección personal de muchos corredores traumados de influencers. La carencia de lenguaje corporal adecuado, un tono verbal inseguro o inadecuado, el descuido en la presentación personal y, en muchos casos, una evidente falta de aseo, reflejan un desconocimiento total del entorno corporativo y comercial donde se mueve el negocio inmobiliario. En una industria que vende estilo de vida, inversión y patrimonio, la presencia del asesor es parte del producto.

             Desatender estos aspectos, no es solo una falta de respeto y de etiqueta: es un factor de transferencia a la inversa que resta credibilidad, genera desconfianza inmediata y deteriora la percepción del servicio, afectando directamente las posibilidades de cierre y fidelización del cliente!

Cordial saludo,

FERNANDO GIRALDO NARANJO

CEO OPEN HOUSE Colombia

Móvil +57 310 630 2935

*Este artículo fue creado por la Sala de Prensa de OPEN HOUSE COLOMBIA, y perfeccionado con la ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘Machine Learning’ para corrección de texto similar al humano.

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