
NUEVO URBANISMO: AVARICIA INMOBILIARIA CREANDO CIUDADES MUERTAS!
Por: FERNANDO GIRALDO NARANJO (Marketer & Estratega Real Estate)
OPEN HOUSE COLOMBIA.
Apreciados lectores,
La crisis de nuestras ciudades no es culpa exclusiva de los políticos ni de los burócratas de la planificación. Los responsables están en la mesa de diseño, en la obra y en la sala de ventas: arquitectos, constructores e inmobiliarias que han reducido la ciudad a un producto de catálogo. Se construyen fachadas impecables, renders con ciclistas sonrientes y metros cuadrados “vendibles”, pero se olvida lo fundamental: la vida urbana. Así, estamos levantando espacios bonitos y muertos, verdaderos cementerios de concreto disfrazados de progreso.
1. La maqueta vende, pero no construye ciudad!
El modelo actual de desarrollo inmobiliario está condenado desde su origen. Los proyectos se piensan para atraer inversionistas, no para garantizar vitalidad. La prioridad es que la maqueta luzca perfecta: líneas limpias, áreas verdes maquilladas, accesos monumentales. Pero cuando se entregan, la realidad es otra: locales vacíos, calles sin peatones, plazas sin niños ni adultos. La vida urbana fue expulsada en nombre de la “rentabilidad”.
Y aquí la primera verdad incómoda: si arquitectos y constructores siguen diseñando para impresionar al comprador, y no para sostener a la comunidad, lo único que están edificando es obsolescencia.
2. Zonificación: el aplauso burocrático que mata la ciudad!
La zonificación rígida —aplaudida por planificadores y replicada sin cuestionamiento por desarrolladores— ha convertido a nuestras urbes en cápsulas estériles. Todo separado: residencias en un extremo, comercio en otro, servicios más allá. El resultado son kilómetros de desplazamiento, calles sin vida y barrios que solo existen en horarios restringidos.
El problema no es solo urbanístico, es social: la segregación funcional fragmenta comunidades y fabrica ciudades vulnerables, inseguras y dependientes del automóvil.
¿De qué sirve cumplir cada norma si el resultado es un ecosistema urbano en estado de coma?
3. El costo que nadie quiere reconocer!
Muchos promotores celebran cuando un proyecto se vende en tiempo récord. Pero lo que no calculan es el deterioro acelerado de esas zonas. Una urbanización sin comercio de proximidad, sin actividad en la calle, sin mezcla social, pierde valor mucho más rápido. La inseguridad se dispara, los espacios comunes se vacían, y lo que parecía un negocio redondo termina convertido en un fracaso financiero.
Arquitectos y constructores deben dejar de engañarse: la plusvalía no se construye con concreto ni con acabados de lujo, sino con vida urbana. Una calle viva genera confianza, permanencia y atractivo económico. Un barrio muerto es un activo tóxico, aunque se venda con portería cinco estrellas.
4. La excusa del “mercado lo pide”!
Uno de los discursos más irresponsables del sector es afirmar que “el mercado quiere proyectos así”. Mentira. El mercado compra lo que ustedes ofrecen. Y si la oferta se limita a productos de escaparate, el consumidor se adapta, hasta que descubre —tarde— que ha comprado aislamiento.
Arquitectos, desarrolladores e inmobiliarias tienen la capacidad de educar al mercado. De demostrar que un diseño inteligente, diverso, mezclado y auténtico no solo se vende, sino que se sostiene en el tiempo. Insistir en modelos caducos es irresponsable y, a estas alturas, una falta ética.
5. Urbanismo con vida o barbarie inmobiliaria!
La ciudad no es un objeto de lujo ni un simple terreno de especulación. Es el escenario donde las personas trabajan, conviven, crecen. Un urbanismo sin mezcla, sin humanidad, es barbarie con fachada minimalista. Y si los profesionales del sector siguen alimentando ese modelo, se convertirán en los sepultureros de la ciudad contemporánea.
Desde mi opinión!
Arquitectos, constructores, inmobiliarias: la responsabilidad ya no puede esquivarse. Ustedes no venden metros cuadrados, venden futuro urbano. Y ese futuro hoy se está construyendo muerto, frío y vacío.
Seguir defendiendo la zonificación rígida, seguir vendiendo renders irreales, seguir construyendo para la foto y no para la vida, es condenar nuestras ciudades a la decadencia.
La verdadera plusvalía no está en los acabados, está en la vitalidad urbana. Y quien no lo entienda, quedará fuera de un mercado cada vez más consciente de que la ciudad no es mercancía: es comunidad.
Lo digo yo y la Inteligencia Artificial!
CEO OPEN HOUSE Colombia
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